La cebolla contiene Flavonoides: principalmente quencertina y canferol, que son antioxidantes naturales de las plantas. Su valor reside en que “contribuye a la inhibición de la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL-colesterol), por lo que ayuda a prevenir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, sin olvidar que también se han relacionado los flavonoides presentes en la cebolla con la reducción de la tensión arterial y con una actividad antiagregante plaquetaria, es decir, que impide la formación de trombos”. Contiene compuestos azufrados, estos componentes son los que sintetiza la planta para su propia
defensa y las variedades moradas de cebolla tiene mayor cantidad. La capacidad antiasmática y antiinflamatoria de las cebollas se debe en parte a la presencia de tiosulfinatos (compuestos azufrados). Además, la cebolla cruda ejerce un potente efecto antifúngico y antibacteriano”. Todos estos compuestos presentes en la cebollas “tienen una importante función antioxidante, antiinflamatoria y antimicrobiana.
En 2016, la revista The Journal of Nutrition publicó un trabajo que muestra que el AJO es eficaz para tratar la enfermedad cardíaca, ya que evita que se acumulen placas de grasa en las arterias coronarias. Otro estudio del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en Estados Unidos, concluyó que el ajo es rico en antioxidantes: cuando se tritura, produce alicina, un compuesto que actúa como un antibiótico natural y fortalece el sistema inmune. También observaron que su consumo dilata los vasos sanguíneos, lo que ayuda a mantener bajo control la presión arterial.
El limón se caracteriza por ser rico en vitamina C, aportando un 55% del requerimiento diario de esta vitamina, la cual actúa como un poderoso antioxidante que ayuda a mejorar el sistema inmunológico, evitando enfermedades como la gripe y los resfriados, además de contener otros antioxidantes como polifenoles, limonoides y ácido cafeico, los cuales proporcionan otros beneficios para la salud. El limón podría ayudar a regular la presión arterial, debido a que es rico en flavonoides que ejercen un efecto inhibitorio en la vasoconstricción de las arterias, relajando los vasos sanguíneos y mejorando así el flujo sanguíneo.
Además de esto, la vitamina C también se ha relacionado con una disminución de la presión arterial. Sus ácidos cítricos ayudan a oxidar y a eliminar las grasas que obstaculizan el trabajo del corazón y también neutralizan las sustancias tóxicas de la sangre.
MODO DE USO: Una cucharada en jugo de mandarina o maracuyá despues de almuerzo y cena.
CONTRAINDICACIONES: Epilepsia y Embarazo.
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